martes, 2 de diciembre de 2014

Cada cosa buena, la considero demasiado buena para ser verdad.

En los años de mi encierro voluntario en casa, aprendí a crear paisajes ficticios tan reales como cualquier parte de mi cuerpo. Escribía como loca, llenaba cuadernos y agendas enteras en cosa de semanas. Realmente puedo decir que aprendí a convivir conmigo misma, soportarme y sostenerme en cada dificultad con una fortaleza que me asombra, mirando, años más tarde, atrás. ¡Era tan dueña de mí misma! o al menos era en extremo auto suficiente (cosa que aunque me haya sido tan útil, hoy quizás no recomendaría). Saben, con hacer de tu alma un glaciar sólo se consigue endurecerse hasta para las cosas buenas. Aun hoy todavía me cuesta confiarle cosas a quien se convirtió en mi mejor amiga...aunque más bien eso se debe a que no quiero molestarla con pavadas sobre cómo me siento, cuántas veces fui al baño hoy y cuántos eructos contuve en la mesa. Ella el año que viene va a casarse, y si bien es una hermosa persona y no sé qué haría sin sus retos y consejos, a veces siento que está tan ocupada en sus cosas que no me escucha cuando le hablo. Una cosa es decir cualquier estupidez y que el otro se olvide (no me importaría eso)pero es muy distinto cuando te abrís con el otro sobre algo que te tiene con dudas, miedo o inseguridad, y tu amigo se olvida y no recuerda que le hayas contado eso, o él mismo te dice "no pensé que hablabas en serio" o "creí que lo dijiste como al pasar, así que no le di importancia", etc etc. No pretendo que dejes de hacer lo que estás haciendo cuando te hablo, pero sí cuando ves que necesito un consejo o alguien que me escuche aunque sea un día. Más aun, cuando que yo literalmente dejo de hacer lo que esté haciendo apenas noto algo distinto en tu forma de escribir, o apenas me decís: "Che, anduve medio bajoneada por esto y esto y esto". Pero repito, no pretendo lo mismo de vos ni de nadie, porque sé que todos corremos las 24 horas del día a la facultad, a casa, a la casa de una abuela o amiga, dejamos de estresarnos por los parciales para comenzar a estresarnos por los problemas en casa o con el novio, o lo que sea. Entonces tengo la sensación de que no estaría bueno añadir más problemas sobre cómo me siento a la vida de las personas, y que no vale la pena abrirle tu alma a una persona ocupada que mientras le contas lo que te aflige está pensando en otra cosa. A veces se me ocurre que podría estar siendo un poco demasiado dura conmigo misma, que no me dejo pasar una y me pongo metas imposibles, que mi vagancia extrema odia que me imponga. A veces creo que soy una inútil, que no tengo la menor idea de qué será de mi vida si sigo como ahora, o me deprimo por la cantidad de personas a las cuales debo de estar decepcionando. mis profesores y amigos dicen "Es una chica muy capaz, muy inteligente, le interesa todo", "Meli, vos tenés mucha capacidad de comprensión"y "Mirá, no sé porqué querés dejar la carrera...capacidad no te falta". Pues yo sí me siento incapaz e irresponsable. Que me pase horas leyendo, escribiendo y opine sobre temas "más de grandes" no tiene nada que ver. Eso se llama libertad de expresión y es gratis. Desconozco si alguna vez podré abrirme completamente con las personas, o al menos con una. Que apenas me note rara o preocupada me pregunte cómo estoy, de una y sin anestesia, que me haga sentir que de verdad le importo y no sea una pregunta de cortesía. Todos, sin excepción, necesitamos un amigo (mejor si es varón, porque es MUCHO más fácil hablar con los varones que con las mujeres)que nos acepte y nos quiera aun conociéndonos, aun sabiendo que soy un desastre y que doy un paso para adelante y tres para atrás. Y que no me juzgue. Nada más. No quiero molestar, causar problemas o añadirlos en casa. ¿Te das cuenta? no soy capaz de abrirme con mi propia familia... Me duele la cabeza, mi gata se tiró un pedo cerca de mi cara y tengo dudas acerca de mi carrera. Qué sé yo; la vida sigue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario